¿Sabías que fundamentalmente existen tres tipos de relojes? Mecánicos, de cuarzo y electrónicos o digitales. Cada uno tiene en sí sus propios méritos, y también sus ventajas. Además, no es adecuado comprar un reloj por impulso, ya que luego puedes descubrir que no encaja bien, que el material de agarre es débil, que el metal es falso… o que incluso posiblemente fue demasiado caro para la calidad que posee. Por ello, saber cómo elegir un buen reloj de pulsera es tan fundamental como importante, especialmente si te apasionan los relojes tanto como a nosotros.
El reloj que escojas debe ayudarte a reflejar quién eres como persona. Por ejemplo, si eres un hombre elegante y moderno, el reloj también debe seguir ese ejemplo. Pero si eres casual, tanto en el trabajo como en tu casa, entonces el reloj más adecuado será uno de aspecto informal. Mientras que si te gustan mucho los deportes, debes escoger uno que se adapte a tus necesidades. En definitiva: debes elegir un reloj que coincida directamente con tu personalidad.
En el caso de los relojes deportivos, por ejemplo, es cierto que generalmente suelen tener un precio menor en comparación con los relojes casuales o formales. Y el diseño evidentemente es también diferente en este tipo de relojes. En su mayor parte, los relojes deportivos tienen que ver con su función: necesitan de un cronómetro para poder medir el tiempo, y también suelen llevar otras funciones útiles como una brújula, un lector de temperatura o saber cuáles son las profundidades de buceo.
Por tanto, a la hora de escoger un reloj, como ocurre con cualquier otro tipo de artículo masculino, es necesario tener en cuenta cuál es su diseño. En cuestión de marca, se sabe que más de la mitad de los buenos relojeros del mundo proceden de Suiza, por lo que partir de esta base es importante.
El funcionamiento del reloj
¿Qué mecánica de funcionamiento tiene el reloj que te gusta? Debemos destacar que este detalle posee una enorme influencia sobre el precio que éste tenga. Fundamentalmente podemos dividirlos en dos grupos: relojes mecánicos y relojes electrónicos.
Los relojes mecánicos funcionan, en su gran mayoría, gracias a la presencia de un sistema de resorte, unida a una combinación de piezas de alta relojería. También existen otros relojes mecánicos algo más modernos, que funcionan a través del cuarzo. En cualquier caso, pueden ser relojes mecánicos manuales o relojes mecánicos automáticos.
Como su propio nombre indica, los relojes mecánicos manuales necesitan de la ayuda de su dueño para que puedan funcionar, dado que deben dar cuerda al reloj. Sin embargo, el reloj mecánico automático funciona de manera automática, ya que el muelle principal se enrolla automáticamente, permitiendo suministrar de forma constante la energía necesaria para su buen funcionamiento.
En el caso de los relojes electrónicos, funcionan gracias a la presencia de un microprocesador y distintas memorias físicas. Poseen una grandísima diversidad de nuevas funciones. A pesar de ello, la imagen del reloj continúa siendo igual de importante, lo que hace que el posible comprador lo compre -o no-.
La marca del reloj
Es otro de los elementos de vital importancia, además -claro está- de la propia apariencia que tenga el reloj en sí mismo. Y aunque escoger una buena marca es fundamental, también dependerá de conocer en qué tipos de relojes está especializado ese fabricante.
Por ejemplo, Lotus o Festina destacan por ser fabricantes de relojes algo más accesibles a los bolsillos de muchos hombres, en comparación con otros fabricantes como TAG Haurer. Por otro lado, Mark Maddox o Fossil destacan por contar con relojes más casualidades, mientras que Victorinox, Certina o Tissot destacan por desarrollar un mayor número de relojes de orientación deportiva.
La correa
Es otro elemento fundamental, que completa la apariencia que puede tener un determinado reloj. De hecho, ayuda a definir la apariencia que deseamos dar al estilo del reloj al momento de vestirlo. Por ejemplo, si escoges un tipo de correa de cuero o piel disfrutarás de una apariencia algo más casual pero elegante. Mientras que el metal aportará seguridad y una imagen más cuidada.
Igualmente, un reloj puede llevar distintas correas en función del momento en que deseemos llevarlo. Así, un determinado reloj puede llevar en un momento dado una correa de cuero, y luego poder llevar una correa de tela o de piel. La clave está en cada gusto personal, y en el instante concreto en que nos lo pongamos.
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